Ritual de autocuidado




"El yoni es alabado como un lugar sagrado,
como un punto de transferencia de fuerzas sutiles,
la puerta de entrada a los misterios cósmicos.
El yoni consta de diez partes cada una de las cuales 
es una manifestación de la devi o diosa.
En el  yoni-puja o ritual de la vulva, 
es adorada como símbolo de la diosa"

Mithu M. Sanyal - Vulva la revelación del sexo invisible

Hoy vengo a hablaros de un viaje hacia el centro del cuerpo.. Ya hemos recorrido varias alternativas y propuestas desde la alimentación/nutrición, el ejercicio y práctica de asanas de yoga y hoy paso a hablaros de los baños de vapor vaginales o vaporizaciones vaginales.

Yoni es una palabra sánscrita con diferentes significados pero suele designar la vulva, la vagina y/o el vientre. Concretamente, nuestro útero y otros órganos sexuales y reproductivos son el centro de nuestra consciencia y energía. El útero funciona a nivel energético, emocional, mental y físico y es un receptor para la sanación a todos los niveles. 

Las vaporizaciones vaginales, baños de vapor vaginales o spas vaginales son una herramienta ancestral usando hierbas medicinales hervidas con agua unos minutos y luego colocadas a nivel del suelo con la persona desnuda de cintura para abajo y colocada en cuclillas, de rodillas o sentada. De esta manera los vapores de las hierbas suben por los genitales yendo directamente a la zona yoni, ayudando al cuerpo a absorber las propiedades las hierbitas a través de la vagina. Este vapor herbal permite acelerar la circulación, adelgazando la mucosidad, limpiando el sistema reproductor, eliminando el exceso de membranas y adherencias. 

El efecto se asemeja al de una pastilla sublingual que, debido a las venas que se encuentran bajo la lengua, tienen un acción rápida. La vía vaginal es parecida, tiene una absorción muy rápida de las hierbitas medicinales ya que la vagina cuenta con paredes recubiertas de una mucosa muy permeable, con vasos sanguíneos que tienen un rápido contacto con la circulación general, vía uterina y a través de la arteria aorta de forma que llega a todo el cuerpo. Nuestro tejido vaginal es poroso y absorbente, el vapor acelera la circulación y limpia. A lo largo y ancho del mundo las vaporizaciones siempre se han asociado a la recuperación uterina ya que está demostrado que mejoran el flujo sanguíneo y favorecen el equilibrio hormonal.

La sanación uterina es un concepto que se alarga en el tiempo desde civilizaciones muy antiguas como los dravidianos en la India y los kemet en Egipto y a través de muchas comunidades indígenas de todas partes del mundo. Son conocidas como “Chai-Yok” en Corea o “Los bajos” en Guyana y México (las mujeres mayas los llevaban a cabo en los templos de Ixchel). También en Thailandia, y en algunas zonas de China, se preparaba una habitación especial o un tipi para realizarlas. En la tribu Yao en Laos usaban vaporizaciones vaginales para la recuperación postparto y en Marruecos, concretamente, hacían vaporizaciones con menta para la recuperación del perineo y limpieza del útero tras el parto. La salud y el bienestar siguen siendo el hilo conductor de estas comunidades que siguen utilizando medicina herbal, masajes, trabajo corporal y manipulación y diversas prácticas para mejorar desequilibrios, y aliviar estancamientos, inflamaciones y bloqueos que pueden resultar en desajustes en nuestra salud. En México son comunes también los temazcales que son rituales tradicionales de baños de vapor para sanar. Sirven para depurar las vías respiratorias, el aparato digestivo, tonifican el sistema nervioso y ayudan en problemas óseos, musculares y ginecobstétricos a través del calor del baño y las propiedades curativas de las plantas medicinales.

Los spas vaginales son una herramienta muy holística ya que actúa en todos los niveles: físico, emocional, mental y energético, usando hierbas específicas para cada caso, haciendo que sea muy directa y ayudando no solo con los síntomas si no también a trascender desde el origen. Es una herramienta poderosa que aúna los 4 elementos: agua, tierra (las hierbas), fuego (el calor) y aire (los vapores). Al usar el canal vaginal como medio para transportar las propiedades de las hierbas en forma de vapores se consiguen dos cosas: por un lado, que penetre y vaya directo al lugar del desequilibrio (útero, ovarios, trompas, cérvix…) y, por otro lado, que pase también al torrente sanguíneo y, con ello, a otras zonas y órganos que necesitan su medicina (normalmente hígado y riñones suelen tener algo que ver con estos desarreglos y pueden necesitar de las propiedades sanadoras de las plantas).

Internacionalmente se han utilizado los vapores para equilibrar cualquier desarmonización en durante todas nuestras etapas de la vida: desde la primera regla (menarquía), pasando por ciclos menstruales, ovulación/menstruación, durante el postparto, hasta los sofocos en la menopausia y más allá, tratando desequilibrios como quistes y fibromas, ovarios poliquísticos, tensión mamaria, desequilibrios hormonales, síndrome premenstrual, endometriosis, infertilidad, e incluso padecimientos como depresión y ansiedad. Como véis una herramienta muy potente que abarca un amplio abanico de afecciones físicas y psíquicas que tienen un impacto negativo en nuestra calidad de vida. De todas formas, no necesitamos tener ningún desequilibrio para probar sus beneficios. Se pueden realizar por gusto y placer, como un bello mimo y cuidado hacia el cuerpo.

Muchas estamos reconectando con esta herramienta como un tesoro de la sabiduría más ancestral que abuelas, madres, hijas y nietas dejaron a nuestro cuidado para recuperar nuestra salud. Tenemos hierbitas que hacen la función de limpiar y, a su vez, nos ayudan a reconectar. Nuestro cuerpo es nuestra casa por eso es importante sanarnos, como acto personal y de amor profundo hacia nosotres, entendiéndonos como seres cíclicos con capacidad de renovación.

Apoyan en los siguientes desequilibrios:
  • Dolores, calambres, inflamación y cansancio asociados al periodo menstrual
  • Síntomas de fibromas, quistes en ovarios, debilidad uterina, endometriosis…
  • Ciclos menstruales y niveles hormonales
  • Volumen de sangre y menstruaciones pesadas con coágulos en exceso
  • Estancamientos de sangre y toxinas
  • Problemas uterinos y de otros órganos sexuales 
  • Flora vaginal, PH, infecciones y mal olor
  • Ciclicidad de nuestro cuerpo y reconexión
  • Fertilidad
  • Tono muscular y funcionamiento del sistema sexual y reproductivo tras un aborto o un parto
  • Zona perineal y útero en el postparto
  • Hemorroides
  • Sofocos de la menopausia
  • Sequedad vaginal y flujo
  • Infecciones del tracto urinario
  • Estreñimiento y otras condiciones inflamatorias del intestino.
Contraindicaciones:
  • Mientras estás menstruando
  • Si estás embarazada o crees estarlo
  • Si tienes puesto el DIU 
  • Si estás realizando un tratamiento de FIV
  • Si estás intentando quedarte embarazada (hacer solo después de menstruar y antes de ovular)
  • Si tomas medicamentos y cuáles (pues pueden estar contraindicados o interactuar con las hierbas)
  • Si tienes alergias a plantas y cuáles (en este caso se podrían hacer sólo con agua o con agua y una pizca de sal marina)
Cómo se preparan

El proceso de vaporización es muy similar al utilizado para despejar las vías respiratorias (a mi me recuerda a los típicos vahos con hierbas que me hacía mi madre de pequeña cuando era un moco con patas y estaba tan congestionada que no podía respirar por la nariz) salvo que, en este caso, el vapor de las hierbitas penetra por la vagina llegando al útero e irrigando también hacia trompas y ovarios. Es una terapia natural, no agresiva. 

Se puede preparar el espacio con luz tenue, música suave, velas o lo que se quiera. Se hierve la mezcla de hierbitas (un puñadito de cada una) en 1 litro de agua y se tapa. Dejamos durante 5-10 minutos la decocción. Nos quitamos la ropa de cintura para abajo salvo calcetines y nos cubrimos con una mantita. Nos podemos colocar de cuclillas o de rodillas de modo que el cazo con la mezcla de hierbitas hervidas quede bajo nosotras entre las piernas con cuidado de no quemarnos (podemos poner una toalla alrededor del cazo para evitar esto). Hay que estar unos 10-15 minutos con el baño de vapor, pero puede ir haciéndose progresivamente empezando con 5 minutos y subiendo. Podemos hacerlo solas o acompañadas de amigas, madres, hermanas, abuelas… en muchas culturas esto es algo que pasa de generación en generación y no siempre tiene que ser una práctica en solitario.  Se realiza diariamente o varias veces a la semana dependiendo de cada caso. 

Importante
  • Asegurarse de que la temperatura no esté demasiado caliente como para quemar la mucosa vaginal. Tiene que ser a una temperatura tolerable.
  • Usar hierbas frescas recién cortadas o preparaciones secas listas para infusionar pero nunca usar aceites esenciales.
  • Se puede realizar en cualquier momento del día pero es mejor hacerlo con el estómago vacío para no alterar la digestión.
  • Beber mucha agua del tiempo a lo largo del día (también se recomiendan infusiones de plantas circulatorias, antiinflamatorias y tónicas del útero como manzanilla, zarzamora, frambuesa…)
  • Descansar bien y dormir lo que se necesite.
Mi experiencia

Tengo que decir que desde que empecé con las vaporizaciones noté cambios muy rápido en la menstruación: no me dolía ni me sentía hinchada (también había empezado a cuidar mi alimentación así que supongo todo influye). Antes mi regla siempre empezaba con sangre vieja residual (de esa marrón) y ahora directamente empieza con sangrado rosado/rojizo de sangre nueva y fluida. Mis ciclos se regularon a 28-29 días cuando antes campaban a sus anchas entre 25 y 30 días dependiendo del ciclo.

Hago el ritual diario desde el fin de la menstruación hasta la ovulación (todos los días 15-20 minutos) y nuevamente una semana antes del sangrado (diariamente unos 10 minutos y parando aproximadamente el día 26 de mi ciclo). Siempre lo hago un rato después de cenar y justo antes de acostarme porque me relaja y voy a dormir como una malva.

El objetivo de mi protocolo en concreto es limpiar la sangre oxidada, limpiar trompas y ovarios, desinflamar toda la zona, reducir el dolor, tonificar el cuerpo y los riñones para que generen sangre abundante y los ciclos se armonicen, desintoxicar hígado/riñones/sistema linfático para eliminar el exceso de hormonas en el cuerpo y fomentar que mi propio sistema vuelva a reorganizarse armónicamente.

Tengo que reconocer que me llevó un tiempo encontrar postura cómoda (de rodillas y reclinada hacia delante) y tuve que ponerme cojines en rodillas y una almohada en los brazos para descansar cómodamente (reconozco que en una ocasión casi hasta me dormí con babas y todo de la relajación total). Para mi es mi momento de ritual diario de mimo y autocuidado, de conexión conmigo y desconexión de todo lo demás (apagar el teléfono, fuera preocupaciones...)

La medicina herbolaria es una regalo de la naturaleza. Lo ideal sería que cuidemos nuestras propias plantas en un jardín o en el balcón. Si las recolectamos en un paseo, mejor que sea en una zona lejos de carreteras y lugares transitados. Evitaremos comprarlas en supermercados, porque pueden haber sido rociadas por pesticidas. Igualmente con las plantas secas, asegurarnos de cómo ha sido el proceso de recolección y secado ya que muchas se secan a temperatura muy altas y muchas de sus propiedades se pierden en ese procedimiento.

La naturaleza pone a nuestra disposición muchas hierbas silvestres y aromáticas que pueden ser utilizadas para tratar cada caso concreto pero no soy experta en el tema por eso me puse en manos de Andrea, una brujilla hierbatera y terapéuta de spas vaginales, para conocer un poco mejor este ritual e integrarlo en mi vida. En mi caso concreto uso lavanda (antiinflamatoria, relajante, tonificante que alivia con el dolor y sube defensas), romero (circulatoria potente, que remueve estancamientos, tonifica y antiinflamatoria), ortiga (nutritiva, tonifica riñones, depurativa para desequilibrios hormonales, circulatoria, buena para la sangre y con capacidad de reabsorber tejidos) y hojas de frambuesa (tonifican y nutren los ovarios y el útero) pero para cada caso concreto recomiendo consultéis las que os puedan ir mejor a vosotras. 

Andrea accedió a una entrevista (yuju!) aquí van las preguntas y reflexiones:

Andrea, preséntate y cuéntanos un poco quién eres, qué haces, en qué momento descubres la terapia de los baños de vapor vaginales y cómo cambian tu vida...

Me llamo Andrea Martín, hierbera y Certificada en Baños de Vapor Vaginales, tengo 30 años y soy de Navarra. Desde que tengo noción, mis ciclos siempre fueron irregulares y con tendencia a ser más bien largos - de más de 35 días -, con sangrado abundantísimo durante la menstruación -perdía tanta sangre que solía tener anemia-, con dolores tan intensos que he llegado a vomitar más de una vez del sobreesfuerzo de mi cuerpo. He tenido infecciones vaginales y urinarias, quistes en mi ovario izquierdo, mis reglas duraban una media de 9-12 días sin parar de sangrar, con coágulos negros y pequeños, sangre marrón al inicio y final...Vaya, toda una combinación de diferentes desarmonías que mi cuerpo, año tras año, no paraba de expresar...Hasta que algo en mí me llevó a un lugar en donde pude ampliar mi mirada hacia los ciclos de la mujer, logré sanar memorias y creencias que limitaban mi experiencia de vida como mujer en total plenitud. Comencé a utilizar mis sueños para entender qué me decía mi cuerpo, comencé a escucharlo, aprendí a aceptar el dolor de mis ciclos con tanto amor, que literalmente desapareció y por fin pude vivirme desde otro punto y experimentar ciclos más equilibrados. Descubrí los Baños de Vapor Vaginales por casualidad, en un curso para activar mi útero, pero simplemente hablaban de los baños como un ritual, puntual y esporádico en el ciclo, por lo que no le di más importancia. El caso es que cuando realicé dicho ritual ¡me pareció tan instintivo, tan humano y tan...SI! Es como si ya hubiese hecho esto antes - y de hecho estoy segura de que si -, me pareció tan conocido, tan natural... Así que me puse a investigar y encontré una entrevista de Keli Garza -mi mentora- hablando de cómo ella había aprendido a usarlos de manera menos ritualística y más profunda, para apoyar primero sus ciclos, y más tarde los de otras mujeres. Así que siguiendo mi instinto me apunté a su curso y aprendí, probando conmigo misma primero, cómo mis ciclos iban armonizándose poco a poco y sin mucho esfuerzo: lo primero que noté fue que no sangré tanto y esto me sorprendió - luego más tarde supe que literalmente me desangraba en cada menstruación y que realmente, si es armónico, el sangrado es fluido y abundante, pero no abundantísimo o escaso. Lo siguiente que noté es que mis reglas ya no comenzaban de color marrón, sino directamente rojo sangre y se redujeron de 9-12 días a solo 4 días de regla. Llevo sin tener infecciones vaginales, urinarias o sangrados esporádicos intermenstruales desde hace varios años y aunque no me he mirado los quistes que tenía en el ovario izquierdo, de algún modo sé que ya no están ahí y estoy bien con ello. Sinceramente, los Baños de Vapor Vaginales han sido una herramienta muy potente, muy intuitiva y conectada con lo femenino, muy inocua -en el sentido de que si los haces con consciencia, utilizando plantitas que conoces y no conllevan efectos secundarios no conllevan ningún problema- y fascinante en mi crecimiento y evolución como mujer. Sin duda alguna es algo que voy a tener en mano siempre y por supuesto voy a recomendar utilizar, tanto en mujeres como en hombres, pues también es muy efectivo en ellos.

Como bruja hierbatera seleccionas y preparas con mimo tus propios preparados de hierbas ¿Dónde las recoges y cómo es este proceso? 

Tengo la suerte de vivir cerca de un monte, que me proporciona todas las hierbitas que necesito para mis Baños de Vapor Vaginales. Para saber qué plantas utilizar, realizo una entrevista con la mujer, para conocerla en profundidad, saber qué desarmonías tiene, cómo se siente y qué queremos conseguir con los Baños de Vapor Vaginales. Por supuesto, cada mujer es única y nunca he sentido la necesidad de aconsejar mezclas "universales" puesto que no creo realmente en ellas, más bien me dejo sentir por mi intuición, por la intuición de la mujer que me contacta y observando  tanto el modo que tiene su cuerpo  de expresar sus desequilibrios como el modo que tiene ella de expresar verbalmente éstos, me hago una idea de qué plantas puede necesitar. Si por ejemplo es una mujer que tiene sofocos - algo muy "cálido" - y me dice que tiene mucha ira o mucho calor en el cuerpo, le aconsejaría una mezcla de hierbas más "fría" para compensar su propio exceso de fuego interno: esto es, en vez de utilizar romero o jengibre como circulatoria, le sugeriría utilizar Espino Blanco que es más neutra, y así con todas las plantitas de la fórmula.

Yo, por ejemplo, que tengo aromáticas en casa, siempre uso las que tengo a mano, frescas. ¿Hay alguna diferencia en cuanto a las propiedades de las hierbas?

Lo cierto es que sí, hay diferencia, puesto que las plantas frescas tienen todas sus propiedades. Cuando las secamos, se pierden ciertas propiedades -aunque si realizas el secado correctamente no tienen por qué perderse muchas propiedades-. Si puedes utilizar las plantas frescas, mejor, pero si no tienes un jardín y no puedes echar mano de éstas cada día, utilizar plantas secas da prácticamente el mismo resultado. Eso sí, si las compras en un supermercado o herboristería, sé consciente de que todas, por ley, pasan por un horno a más de 60-70ºC para "eliminar" las posibles bacterias que pueda haber en ellas; lo cual tiene como consecuencia, que pierden muchísimas de sus propiedades en este proceso. Si compras de supermercado o herboristería, usa más cantidad de plantas - hazlo un poco más "concentrado" - para asegurarte de que tienes suficientes propiedades de las hierbas.

Antes escribí sobre las propiedades y aportes de los vaños de vapor vaginales, ¿hay alguna cosa que quisieras cambiar, añadir, especificar...?

En general me ha parecido muy hermosa tu introducción a los Baños de Vapor Vaginales, y muy completa. Solo decirte que aquí en España hasta hace no muchos años, también se conocía esta herramienta y había un par de ancianas que hacían uso de ella en Galicia -y seguro que cuando escribo estas líneas habrá mujeres en España y otros lugares que la usen pero no sepamos-.  

He encontrado información contradictoria respecto a usar los baños de vapor durante infecciones ¿podrías especificar un poco esto? Supongo que no será lo mismo si se tiene, por ejemplo, una candidiasis (hongos) o una cistitis (infección de orina) o una infección transmisión sexual...

Obvio que no es lo mismo, y por ello, tanto el plan -duración, hierbas, número de sesiones-, como el uso de mantas o no, etc. variarán con cada uno -y con cada mujer-, pero aunque parezca contradictorio el uso de los Baños de Vapor Vaginales para armonizar una infección- más de una persona se ha escandalizado porque creen que es excesivo calor en sus genitales-, los resultados que siempre he obtenido han sido exitosos y muy rápidos: en seguida la infección tanto de hongos como la cistitis remiten y la mujer deja de sentir dolor o picazón. Si además utilizamos hierbas antibióticas en la mezcla, no se necesitan ni antibióticos orales que puedan dañar la flora de nuestro estómago e intestinos, y por tanto, la de nuestra vagina. Por lo que al mismo tiempo que armonizamos la infección, fortalecemos al cuerpo y equilibramos la flora vaginal; todo en uno.

En el caso de la endometriosis, en mi caso concreto son endometriomas o quistes de chocolate en los ovarios pero hay personas que tienen endometriosis en útero, trompas e incluso más profunda afectando otros órganos...¿en qué nos pueden ayudar los spas?

Los Baños de Vapor Vaginales utilizan el canal vaginal como vía de acceso al útero, trompas y...¡todo el organismo! Puesto que la vagina, al igual que la vía sublingual, anal o lacrimal, están conectadas con el torrente sanguíneo, por lo que la medicina que usemos - hierbas - en nuestras sesiones, irá directa al torrente sanguíneo y por tanto a todo nuestro organismo: por lo que si tienes una desarmonía en el útero, pero el estómago dañado por pólipos, la medicina irá a ambos órganos y los ayudará a equilibrarse. Por eso es una herramienta tan potente, porque no solo incide en nuestros genitales o nuestro aparato reproductor, sino que asiste a todo tu cuerpo, órgano por órgano, sistema a sistema, apoyando la propia auto-regulación de tu organismo. Esto, sin duda hace que si hay tejido endometrial en otros lugares que no sean el útero y las trompas - que es lo que más conocemos -, podamos hacer uso de los Baños de Vapor Vaginales efectivamente.

Cada caso de endometriosis es único y especial y como tal hay que adaptarlo a cada persona ¿cómo diseñas tus planes y sesiones individualizadas?

Como te he comentado anteriormente, primero entrevisto a cada mujer, veo si además de la endometriosis tiene alguna desarmonía más- pues usualmente suele haber desequilibrios en otros órganos- y observando todo esto, me centro en ella y veo qué tipo de plan puede hacer- por mucho que yo sepa que un plan intenso es muy efectivo en una mujer, quizás ella no tiene el tiempo material o la mente para aceptar algo tan potente -por lo que me adapto a ella, a sus necesidades, al tiempo que quiere dedicar a su cuerpo y a su salud... Es verlo todo y organizar las sesiones, la mezcla de hierbas -según la desarmonía y la persona que la ha generado-, etc. a cada mujer. Y por supuesto, adaptar cada plan a cada nuevo cambio: si veo que en el primer ciclo hay muchos desequilibrios que los ha trascendido, entonces no suelo cambiar nada; pero si por el contrario veo todo lo opuesto, adapto las sesiones -quizás las alargo más, o las acorto-, las plantas -realizo algún cambio en la mezcla- o la duración de los baños a todo esto que es cambiante, como es la propia mujer. Tampoco es lo mismo una mujer que tiene endometriosis y ya, que otra mujer que tiene endometriosis pero además quiere quedarse embarazada -porque las sesiones tendré que concentrarlas en la primera fase de su ciclo, por ejemplo- etc. Me gusta trabajar con mujeres por esto, porque nuestra naturaleza es cambiante y nos obliga a trabajarnos la paciencia y la aceptación de cada instante, tal y como es: adaptarnos constantemente.

Si alguna persona está interesada en conocer más detalles sobre todo esto, ¿cómo pueden contactarte?
Pueden echar un vistazo a mi página web https://sites.google.com/view/miunivers0/mi-universo contactarme a través de mi correo electrónico: amartinleache@gmail.com y mi número de teléfono 634 292 203.


Muchas gracias!

Y como siempre, canción para terminar:



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